30 marzo, 2006

Surrealismo de café con leche y chocolate

Obra uno:
Un centro comercial del centro-este de la ciudad.
Una tienda del ramo de artículos de tocador, higiene personal y farmacia.
Una chica con un objetivo claro.

Iba la chica a pagar en la caja un paquete de toallas sanitarias. El cajero le dice que como están abriendo y ella es la primera cliente, no tienen cambio para su billete. Ella, hablando por el celular con alguien que la molestaba, vociferó un “no tengo nada menor”. El cajero le pidió que se fuera a la caja de la farmacia...

Uno de los dependientes de la farmacia estaba bromeando con las dos dependientas en esa sección. Ella, un poco molesta por la impertinencia del que la llamó y la contrariedad de la caja, mira el espectáculo con ojos de luna llena. Una de las dependientas le confía, refiriéndose al espectáculo del colega, “tranquila, él es siempre así...”.

La chica, ocupada guardando el dinero en su cartera, respondió con un sarcasmo latente en la estudiada calma que hizo que el todo pasara como un chiste: “No, yo? Cada quien tiene sus niveles de normalidad...”. La chica de la caja y su compañera, reían a carcajadas. El compañero, ahora de espaldas a la clienta, no se enteró de nada.

Motivo de carcajadas del resto de la clientela en la tienda...
El chico nunca entendió que pasó...

Obra dos:
El metro de la ciudad.
Cerca de las 11 de la mañana.Una de las estaciones más concurridas.
Sube un niño de entre 9 y 11 años y, con voz alta y clara, anuncia que va a interpretar, para todos los viajeros del vagón, una copla “linda”. Con voz chillona y destemplada empieza a cantar algo que casi nadie logra asociar con ninguna canción. Se para al lado de un viajero que, definitivamente, la está pasando muy mal con sus oídos y los gritos del bienintencionado cantante...
Termina la canción y nadie sabe que terminó. Como no arrancó aplausos, el coplero se queja a viva voz: “ni siquiera las gracias o un aplauso dan”. Un viajero arranca a aplaudir. El coplero da las gracias por el aplauso diciendo “por lo menos alguien aplaude”.

Aplauden varios pasajeros.

Aclara el coplero que ya que han aplaudido y él ha visto que ha gustado su interpretación “con mucho amor”, va a solicitar a continuación “que cada quien contribuya con lo que pueda, se los pedimos por favor, de todo corazón...”

Varios pasajeros se vieron las caras. Sería por el plural en “pedimos” que no concordaba con el niño, sólo, en el vagón del metro?
Varios “colaboraron” con el coplero quien, alto y claro y con dulzura en la otrora voz destemplada, agradecía “de todo corazón” a todos los que “colaboraron con nosotros”.

Nunca hubo alguien más que el niño interpretando una copla.
Sería un amigo imaginario del niño?
Nunca nadie vio alguien más que el niño interpretando una copla en ese vagón...

Obra tres:
Las 10.30 de la mañana en la zona este de la ciudad.
Una calle a tres cuadras de la estación del metro.
Una chica sonriente.

A la chica la aborda una señora: “la venta de tickets estudiantiles del metro no está muy lejos de aquí, verdad?”
La chica voltea a ver a la señora con ojos de sorpresa y desconcierto “Y.. .no sabría decirle, de verdad...”
“Pero el mercado sí está cerca, no? Está para acá o para allá?” y la señora apuntaba a izquierda y derecha, respectivamente.
La expresión del rostro de la chica cambió: “Bueno, al mercado no me parece verlo por allá, sino por acá...”

Estaban, ambas, en un radio de 5 cuadras de distancia del mercado... la incongruencia de “ver” por acá o por allá es el tema central de esta obra.

“Ah!, bueno, sí, eso mismo pensé yo... Lo que pasa es que siempre que vengo me pierdo... Señor, usted sabe dónde está la venta de tickets estudiantiles del metro? Me dijeron que estaba cerca del mercado...”

Allí la chica entendió el por qué de la referencia del mercado y que ya su ayuda no era necesaria... y siguió caminando como si tal cosa, tal como la señora siguió preguntando sin mayores formulismos...

Una muestra muy interesante de los trabajos surrealistas modernos exhibidos en los espacios públicos de esta Caracas de café con leche y chocolate...

Esto no es el Macondo que García Márquez postulaba que éramos. No somos realismo mágico. Somos, quizás, una fusión entre un surrealismo que se recrea en lo más representativo de Dalí y un modernismo que se llena de los colores, las formas caprichosas y las figuras imposibles de lo más logrado de Gaudí...

Un país apto para los amantes del modernismo y el surrealismo, una muestra de arte plástico, cinético, escultórico y musical para descubrir nuevos horizontes...

26 marzo, 2006

Equivocado...

Domingo por la mañana. Me levanto a las 8:45 de la mañana. Hago mis abluciones matinales y mi meditación. Salgo del cuarto a regar mis retoños florales que a futuro prometen, y mucho. Hace algo de hambre… a prepararse el desayuno. El vacío de la casa se llena con rumba catalana y baladas de Rosario Flores… “Agua y sal, agua y sal, como el agua del mar que se va entre los dedos…” y claro, con música sabrosa no puede sino quedar sabroso el ánimo para cocinar lo que sea…

Suena el teléfono. Bajo la candela a mi cocción y me voy a buscar el inalámbrico. Lo que sigue es la conversación que sostuve con mi interlocutora…

L: Buenas?
X: Buenos días, por favor con el Sr Alberto Dávila?
L: Está equivocada.
X: (pausa, sonido de papel) Este no es el YYY-YY-YY?
L: Sí, ese es el número, pero aquí no hay ninguna persona de apellido Dávila.
X: (desafiante) Ah sí?
L: (un poco sorprendida de la osadía de la interlocutora) Ah!, sí claro! (sonrisita para suavizar el sarcasmo) Aquí no vive ningún Sr. Alberto Dávila…
X: Ah! Pero ese es el YYY-YY-YY…
L: claro, pero no hay ningún Dávila en esta familia…
X: (con fastidio) Bueno… Gracias…
L: De nada… (por lo menos fu decente)

Y me fui sonriendo hasta la cocina. “Ya están aquí los rumberos, ya están aquí…” y mi cachapa apenas un poquito más cocida. Hay que ver qué se cree a veces la gente cuando llama a casa ajena… y hasta mentiroso lo creerán a uno? Todo por no querer revelarle la identidad de mi familia a una perfecta desconocida… Parbleu!

21 marzo, 2006

Qué piropo!

Hace unos días paseaba por la casa de una amiga que hablaba de los piropos. Decía ella que era algo reciente en su cotidianidad tras recuperar nuevamente la luz que perdiera en algún tumbo del camino. Yo soy de la que gusta en llamarlos "un masajito al ego" y creo que, de verdad, nada como un piropo (cumplido) para subirle la moral a una... especialmente si anda deprimida.

El tema de los piropos da para reflexionar. Hay chichos que opinan que las chicas deberíamos usarlos también... al fin y al cabo es un masajito al ego y siempre es bueno para reforzar la autoestima el saber que los demás te consideran un ser especial o bonito o único o lo que sea... uno se define a través de los ojos ajenos, dicen. En ese sentido, chicas, hay que sacarse los tapujos y decir de frente lo que pensamos! Y sí, me incluyo en el lote porque, aunque en general logro decir lo que opino de los chicos, a veces decir un piropo se me hace cuesta arriba porque hay muchos clichés de lo que debe o no hacer o decir una chica... Ya les avisaré cuando se me ocurra hacer que la conexión cabeza-lengua sea directa y no me autocensure los piropos a los chicos...

El objeto de toda esta perorata viene dada precisamente por eso, por el asunto "conexión cerebro-lengua". Soy de las que siempre saben qué decir. Hasta me dicen que soy una habladora muy elocuente. Pero esa sutil comunicación se me rompió hace unos días y me dejó pensando en que debí reaccionar de frente y atacar con la caballería y la arquería, como la emprendían conmigo en ese momento. Y al mismo tiempo, algo me dice que alguien más habló por mí y le dijo todo lo que mi lengua no articuló...

Lo de los piropos, como contaba a mi amiga en los comentarios de su post, no son lo que eran antes de irme de Vzla. Ahora me llueven. La gente me dice que estoy linda... y hasta en el metro me persiguen (como el otro día me persiguió por media transferencia de Capitolio un señor sobre la cincuentena, como me dijo luego, de origen italiano, que me quería llevar a tomar un café. Menos mal que iba a encontrarme con otra amiga...) Por fortuna la mayoría de las veces no pasa de piropos en las mesas de los cafés... o me tiran besos desde las tiendas...

Pero el otro día el piropo fue hasta con contemplación del espíritu... Estaba esperando a un amigo en un café y para pasar el tiempo me estaba leyendo un libro y de tanto en tanto me paraba en la lectura para ver al infinito a meditar en lo que había leído o a ver si se aparecía el amigo mío que estaba retrasado. Me da por pensar que le parecí exótica o distante o intrigante a un muchacho en otra mesa. Estaban 3 muchachos en esa mesa. Uno de ellos se paró, se acercó y me preguntó que si podía sentarse en la silla que estaba vacía frente a mí. Le dije que estaba esperando a alguien y me sonreí... Al chico le dió por suspirar ("un suspiro?!" decía yo... "y qué le pasó ahora?") y decir "no, disculpa, no quería perturbar tu lectura ni invadirle el derecho a compartir un café contigo a ese ser que goza de la dicha de poder conocerte (Oooh... qué poético!!). Sólo quería saber un poco más de tí y de tu belleza elegante (lindo adjetivo, no?)... de lo que se necesita para ser leído por esos ojos tuyos como lees ese libro..."

Me quedé anonadada y perdí en ese preciso instante la conexión cabeza-lengua... Armándome de valor, tras ver sus oscuros ojitos brillantes y su sonrisa de comercial de café, alcancé a construir una frase que sonaba a cosa natural y coordinada: "Y cómo leo el libro, se puede saber?" Y me ha soltado el niño con la naturalidad que le desbordaba por los poros: "con intensidad y atención"...

Tic, tic, tic... no lograba hacer conexión, me quedé viendo fijamente al muchacho de ojos oscuros, y de mirada calma, de cejas prolijas que me sonreía con calma y satisfacción, como si se intuyera lo que me pasaba en el interior. Para mis adentros rezaba una especie de mantra de invocación para conjurar a mi amigo, el que yo sentía me había dejado abandonada a merced de... quién? Empecé a culparme por ser bonita, sino, no me pasarían esas cosas, esos bochornos de no saber qué decir. Pero al mismo tiempo agradecía inmensamente la sinceridad y el arrebato de desenfado que hicieron a ese chico atreverse y acercarse a hablarme.... que incongruencia!!

Lo único que atiné a decirle al arrebatado piropeador fue "Ah! Bueno... es que cada libro tiene una forma de leerse diferente. Depende de lo que me diga me concentro y sigo leyendo..." como si le hubiera rociado gasolina a un incendio forestal, el chico arremetió con un "ah, bueno, si fuera libro, creo que sería uno de los que te interesa porque ya logré que tus ojos se clavaran hondamente en mí, que tu cabecita se preguntara quién es ese osado que se atreve a acercarte así a tí... y a hacerte decir algo de tu mundo privado... y fue todo un placer oirte...."

Y yo muda, casi temblando... ("qué riñones los míos, qué dije, diablos! Dónde estará M que no llega?!!! Y ahora qué va a hacer este ser?..."). El prosiguió "Es que se respira una paz tan grande contigo... me encantaría poder sentirme siempre tan en paz como en este momento contigo... Aquí te dejo mi tarjeta por si quieres llamarme, no pido tu teléfono porque prefiero no presionarte.. a una dama no se la presiona, se la deja decidir..."

Se sonrió por última vez antes de volver a poner la silla que tomara de mi mesa por el respaldo, la vez que intentara sentarse, la misma que no llegó a usar y de la que se sostuvo, suavemente, durante todo nuestro intercambio. Se dió media vuelta y se volvió a sentar con sus amigos que no me miraban ya, sino que se sonreían con él, como si nada. Al rato partieron todos y luego llegó mi amigo. Ya yo había recuperado mi lengua, mi conexión con el cerebro y mi respiración... y me llenaba la cabeza la certeza de que él oyó de mis labios, sin proferir palabra alguna, algo que lo hizo abirse tan ampliamente... o quizás era un timador donjuanesco que me qrrobó por un momento? Es difícil saber qué intenciones tenía con semejante embestida verbal. Pero en el fondo, sus palabras se veían sinceras en esos ojos de oscuro brillo y sonrisa franca.

No, la tarjetica la guardé y no la he usado. Resuena el apellido, es bonito. El nombre es casi normal. Y la profesión debería ser "piropeador arrebatado y Casanova comprometido".

Cosas que pasan con los piropos...

20 marzo, 2006

De entre mis recuerdos saco un poco de polvo y miro con cuidado...

Se ve un algo que está abajo de todo. Ahora con cuidado sigo pasando el trapo con el que limpio el polvo de entre los ahrapos de mis recuerdos y mis sentimientos, mi dolor y mis lamentos, mis alegrías y mis silencios...

Será que no comprendo todo lo que compone este todo? Será que todavía, por entre tanto ir y venir, no he aclarado mi sentir? Será que, definitivamente, lo asumí y lo asimilé de una forma que no logro entender y, aunque entiendo que no necesariamante deba llorar, simplemente no logro explicarme que todo haya pasado ya?

Hace 4 días que fueron 2 meses desde entonces. Y hace 8 días que son 3 meses de aquello. Y sin embargo aspiro haber resuelto mi existencia en ese lapso. Me parece que ya ha sido bastante tiempo pero sólo ahora me doy cuenta de que no es tanto. Sigo hurgando en el arcón de mi yo, donde se mezclan pasado con sueños abandonados...

Hay alegrías con tristezas, dolor con esperanzas, sueños con lágrimas y caricias con indiferencia. Se me mezclaron las cosas y los recuerdos, se hizo un caleidoscopio todo lo que eras de mí. Me hice por un tiempo parte de tu rutina y mi yo se mezcla con tu vida. Por momentos parece que la misma cosa fuera la vida tuya y la mía... Pero cada vez que saco un chiche que me hace pensar eso, salen 3 más diciéndome que no es lo que creo, que más bien es un todo revuelto pero muy bien delimitado... y hasta opuesto.

Sin música y de la nada me salió escribir. No es normal, tú lo sabes. Generalmente te atormentaba oirme escuchando música todo el tiempo, como para llenar mis vacíos con letras y notas. Hoy estoy lo suficientemente llena como para musitar en mi cabeza una canción de Sanz, que alguien me regalara. Y pienso en las palabras que acompañaron ese regalo mientras pienso en tí. Qué irónico, no? Hasta ese punto se mezclan las cosas en mí... Lo más oscuro con lo más claro del ayer... lo más lindo con lo más feo... lo más temible con lo más tranquilizante... los recuerdos del dolor sola y del dolor compartido... y las dudas con las ansiedades... y el amor...

Sigo con el pañito de limpiar en la mano. Parada mirando un pedazo de una foto de mi memoria. Es que algunas llegaron rotas después de tanto revolverse entre recuerdos y lágrimas. Otras las rompí y rotas las eché allí. Pero sigo limpiando porque no me resigno a creer que ya todo sea una gran nada...

07 marzo, 2006

Idiomas: muchos, algunos, pocos, ninguno...

En esto de ser traductora e intérprete no falta el que, de vez en cuando y cual si yo tuviera un hálito de sapiencia que se desdibuja en rayos blancos, me hace preguntas de muchas índoles sobre mi carrera, lo que la constituye y en qué consiste. Me da gracia ver, mientras escribo esto, cómo han cambiado esas preguntas a lo largo del tiempo.

Hace un par de días LC, periodista en formación y lector ávido de muchas cosas, me hizo un par de preguntitas que me pusieron a reflexionar y me hacen escribir esta pequeña reflexión.

Empieza LC con un juicio de valor sobre su persona: “Soy brutazo para los idiomas, pero me encantan”. Ahí arranco yo: “nadie es perfecto” y “todos tenemos capacidades únicas”. Estoy segura que si me mandaran a organizar una columna o me mandaran a hacer el esquema de presentación de un semanario... me dan con un cero por la cabeza. Estoy segura que muchos de mis alumnos eran geniales para la medicina o para la ingeniería… pero muy duramente se ganaban la nota mínima aprobatoria del nivel de inglés o francés.

El hecho es que si no te gustaran los idiomas y te forzaran a estudiarlos, habría una gran diferencia en el resultado final del aprendizaje. Pero me dices que te gustan. El adjetivo de “brutazo” te lo pones tú. Ya yo quisiera ver qué es lo que no hace la motivación. Fui la primera de mi promoción pero quiero saber cuánta gente de la que se graduó conmigo, tuvo que estudiar lo que yo para poder aprenderse los sonidos de las 5 vocales nasales y las 12 vocales y grupos vocálicos del francés más la R gutural y a aprender a leer corrido. Me encantaba ver que al final de cada semana leía más rápido los signos que estaban dibujados en el papel… aunque en el examen sacaba un lucido 08 de 20 y me ponía a estudiar más, y todo… otra vez.

Me cuentas que quieres “dominar” los idiomas que quieres aprender. Y te voy a ser sincera… dominar, lo que se dice “dominar”… ni a tu perrito. Me entiendes? No se puede dominar nada. La única constante es el cambio. Y los idiomas son más constantes que la tierra. Cada día salen palabras y expresiones nuevas, cada día lo que aprendiste ayer corre el riesgo de ser considerado “obsoleto”.

Con esto, no te quiero desalentar sino quiero que recuerdes tener paciencia contigo mismo. En los idiomas, realmente, ha de disfrutarse el camino y no aspirar a llegar al fin.. el camino está lleno de cosas bellas. Quizás sea la mejor escuela de lo que es la vida misma…

Luego, me dices “tengo un problema” porque entre “el francés, el alemán, el italiano, el catalán, el portugués, el inglés, el castellano (por supuesto) y hasta el islandés”, que son los idiomas que te gustaría aprender, te preguntas “¿por dónde empiezo? ¿Qué me recomiendas?”Y te voy a ser muy pero muy sincera y muy pero muy franca.

Primero: empieza por el que más te guste aunque no sea el que más te parezca provechoso profesionalmente. Si quieres, hazlo simultáneamente con otro, pero hazlo así, y no de otro modo. Si te gusta, le pondrás mucho empeño y conseguirás buenos resultados a la larga. Y eso podría servirte de estímulo para aprender otro idioma que te parezca más complicado.

Segundo: decide si prefieres empezar con una lengua eslava (alemán, islandés o inglés) o una lengua romance (francés, italiano, catalán, portugués, castellano).

Tercero: eso de que “el italiano (francés, catalán, portugués) es fácil de aprender porque viene del latín y se parece al español…” es MUY relativo. Cada idioma tiene sus cosas fáciles y sus cosas difíciles. Como decía el buen Hamlet de Shakespeare “nada es verdad y nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira” : mientras más parecido al español sea la lengua que estudies, más posibilidades habrá de que tengas que luchar contra las “interferencias interlingüísticas”… léase, se te “pasa el suiche” y terminas hablando Fra-ñol o Portu-ñol o Espa-liano… Nada conveniente para tus estudios y sus resultados o el pobre con el que intentes comunicarte.

En cambio, si escoges una lengua eslava, tendrás que estudiar oraciones con estructuras diferentes, palabras que no se te parecen a nada en español y partículas que no tienen referente en tu lengua materna. Así que si de dificultades estamos hablando… todas son tan fáciles o tan difíciles como lo creas posible y tu motivación te indique. Vale?

Cuarto: hay algunos idiomas que se te van a hacer más “fáciles” de aprender, en función de los que ya sepas. Es decir, se te va a hacer más fácil aprender italiano si ya sabes francés porque hay cosas que captarás, bien por el español, bien por el francés.

Al loro con esto: que no se te mezclen el italiano con el francés… interferencias lingüísticas de nuevo… por eso lo de fácil entre comillas. Si sabes español y francés, se te va a facilitar enormemente aprender catalán porque ese idioma toma mucho de los dos... y así por el estilo. Pero, te repito, cada idioma es diferente y cada pueblo tiene un idioma diferente porque tienen una manera de pensar diferente. Hay que “imbuirse” en esa óptica del otro para poder abrazar el idioma. Claro hasta acá?

Me pides que te dé mi recomendación… no soy objetiva. Sufrí profundamente con el holandés. El alemán es un idioma que debes aprender con mucha paciencia porque no todo es evidente, como el holandés. El francés es un idioma que tiene muchos detallitos, como el español, y hay que estar atento a los 70 posibles casos de conjugaciones de verbos. El portugués es de los que presentan un alto índice de “interferencias” y el italiano es el próximo que quiero aprender… así que me abstengo de darte opiniones acá. Aunque me gustaría estudiarlo, reconozco que el catalán no resultaría solicitado por estos lares para mucho más que una buena conversa con Rodo… pero me enamoré de la fonética del catalán en Barcelona!

Conclusión? Como todo en la vida, recuerda que lo que hagas con gusto será doblemente satisfactorio para ti. Y siempre sigue a tu corazón… porque el corazón sabe de razones que la razón desconoce. Recuerda que la motivación y tu constancia harán mucho de ti. Y cuenta conmigo para lo que necesites en este peregrinaje infinito del querer descubrir otros mundos y otras visiones a través de sus idiomas…