Brujas, Caracas, Santiago, Bogotá, el DF y la magia que nos une
"La ressemblance est la ligne d'horizon de l'habitude et de la nouveauté"
"La similitud es la línea del horizonte entre la costumbre y la novedad"
Rodenbach. De su libro Bruges-la-morte
Esta tierra es mágica. Me acabo de dar cuenta de ello.
Leía este libro de Rodenbach y un alumno me preguntó de qué iba. Le expliqué someramente el contenido y le dije "con el libro lo que estoy haciendo, me he dado cuenta, es exorcisar demonios...".
Yo me quedé callada.
El prosiguió con su interrogatorio.
Preguntó de Brujas, de Bélgica, de cómo eran los belgas como pueblo. Luego pasó a preguntar sobre Inglaterra. Luego, preguntaba cómo eran los belgas con respecto a los ingleses. Hay cosas que, a veces, no tienen punto de comparación. Hay otras que no se deben comparar. Hay otras que no caben compararlas.
Después de haber sido satisfecho en sus preguntas, mi alumno pasó a la parte de las generalizaciones con clichés de por medio: "Caramba... eso es lo normal en esos países, no? En el occidente no necesariamente pero en el lado más oriental del mundo también son así, y más al norte son más fríos todavía..."
Creo que lo de "frío" o "cálido" depende más del temperamento individual que del grupo humano. He conocido alemanes que me daban tanta vibra como un chispeante italiano e italianos que me daban tanta vibra como un trocito de hielo. A saber qué hace que en general los pueblos se comporten de tal o cual manera y, en verdad, tengan un algo que modifica el temperamento del individuo... Prefiero pensar que son gentes amables, pero la amabilidad de ellos no es como la nuestra. Es una amabilidad cortés...
En eso estaba pensando cuando mi alumno me hizo una pregunta:
- No le parece?
- En mi opinión, muy personal, yo digo que América es un continente de magia. Pero no América del Norte, sino de México hasta la punta... Es mágico...
- Por lo de la brujería y eso? ni Chile ni Argentina entran allí...
- No, digo mágico porque es evidente esa unión cielo-tierra y horizonte...
- ¿Cómo es eso, profe?
- Hm... hay una unión "cielo-tierra": No importan las tradiciones religiosas ni la deidad a la que se la profesen, Pacha-Mama o la Virgen Dolorosa, en este continente la gente sabe que siempre hay un "mañana" en el que todo tendrá cabida y solución, en el que habrá una posibilidad para entender lo incomprensible (como la muerte de un ser querido) o para mejorar lo que sea que haya que mejorar, o para resolver lo que sea que haya que resolver porque, palabras más o palabras menos, todos los habitantes de este pedacito de tierra mágica saben que "Dios proveerá".
-...Eso es cierto...
- Pero esa unión "cielo-tierra" no es la única que existe. Precisamente por esa certeza de que "Dios proveerá", el argentino, el colombiano, el portorriqueño, el mexicano, tienen la certeza de que "donde comen 3 comen 4", y siempre le tienden la mano al que más lo necesita. Pareciera que esa conexión entre el cielo y la tierra los hiciera saber que hay que repartir a los puntos cardinales las dichas de las que gozan, la certeza que tienen de que habrán tiempos mejores mientras se confortan, por los momentos, en el hecho de que todavía son lo suficientemente afortunados como para ayudar a otro...
-Es verdad profe. Pero es que a uno a veces le da como cosita (Dar cosita: venezolanismo para "dar sentimiento" o "dar pena") ver a la gente pasando trabajo. ¿Cómo no la ayuda uno?
-Tan sencillamente como diciendo "ese no es mi problema, yo he resuelto mi vida sólo, él también puede hacerlo, que la resuelva sólo".
-... pero... eso no es así como un poquito frío?
-No, eso es tanto como otra visión del asunto.
Yo sonreía suavecito mientras él tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa y la boca entreabierta. Decidí proseguir para sacarlo del sacudón donde estaba:
- Pero a mí me gusta más vivir en este pedazo de tierra mágica en el que abundamos los seres a los que nos "da cosita" el dolor, la angustia, el sentir ajeno... Creo que uno es más proclive a entender qué ha hecho con su vida y de qué madera está hecho mientras ayuda a los demás en sus padeceres y sus sufrires.
- Cónchale profe, nunca había visto eso desde esa perspectiva. Y uno que siempre cree que allá todo es mejor...
-Bueno, eso es tema para otra conversa... sí, todo es mejor por allá, pero la calidad humana que hay acá es materia prima de primera calidad y es capaz de sobrevivir todos los desmanes de nuestra errática cotidianidad.
-¿Cómo es eso?
- Hm... Tal parece que la capacidad de responder a los sentimientos está dada en función de lo que adolecemos a nivel institucional. Si consiguiéramos tener el orden que tienen en otras partes del mundo, preservando la calidad humana que nos caracteriza como pueblo... seríamos la maravilla del mundo.
-....
- Por desgracia, todavía nos falta mucho para llegar a eso. Pero como consciencia, somos mucho...
- Me gustó ese análisis profe... Hace falta más gente diciéndonos cosas así en vez de sólo decir que somos una porquería porque no somos como otros países más avanzados, como Francia o Inglaterra o los EEUU...
- Todos somos necesarios: nosotros debemos aspirar al orden institucional y el respeto de los derechos del otro que antiguamente poseían y detentaban esos países. Hoy en día hay muchas cosas que han cambiado y a nivel laboral y de derechos laborales, por ejemplo, muchas cosas son hasta peor que acá... Pero ellos también deberían aspirar a alcanzar la consciencia colectiva que va más allá de los derechos y obligaciones legales que tenemos en abundancia por acá. Todos somos necessarios para el equilibro del mundo. Los unos tenemos que aprender de los otros. Yo soy más de ese tipo de pensamiento... un poco irreal, casi siempre.
- Pero es más bonito así, profe. Por lo menos si hubiera más gente pensando como usted, habría menos guerras en el mundo!
- Ja,ja,ja,ja,ja,ja... el ego, K, el ego humano... a cualquiera de nosotros, si nos pusieran a cuidar las fortunas del mundo, mataríamos en nombre de la riqueza... Pero eso es otra historia...
... Una historia que, aunque ocurre en otro tiempo y otro lugar, tiene cabida en esta historia interminable de la humanidad.
"La similitud es la línea del horizonte entre la costumbre y la novedad"
Rodenbach. De su libro Bruges-la-morte
Esta tierra es mágica. Me acabo de dar cuenta de ello.
Leía este libro de Rodenbach y un alumno me preguntó de qué iba. Le expliqué someramente el contenido y le dije "con el libro lo que estoy haciendo, me he dado cuenta, es exorcisar demonios...".
Yo me quedé callada.
El prosiguió con su interrogatorio.
Preguntó de Brujas, de Bélgica, de cómo eran los belgas como pueblo. Luego pasó a preguntar sobre Inglaterra. Luego, preguntaba cómo eran los belgas con respecto a los ingleses. Hay cosas que, a veces, no tienen punto de comparación. Hay otras que no se deben comparar. Hay otras que no caben compararlas.
Después de haber sido satisfecho en sus preguntas, mi alumno pasó a la parte de las generalizaciones con clichés de por medio: "Caramba... eso es lo normal en esos países, no? En el occidente no necesariamente pero en el lado más oriental del mundo también son así, y más al norte son más fríos todavía..."
Creo que lo de "frío" o "cálido" depende más del temperamento individual que del grupo humano. He conocido alemanes que me daban tanta vibra como un chispeante italiano e italianos que me daban tanta vibra como un trocito de hielo. A saber qué hace que en general los pueblos se comporten de tal o cual manera y, en verdad, tengan un algo que modifica el temperamento del individuo... Prefiero pensar que son gentes amables, pero la amabilidad de ellos no es como la nuestra. Es una amabilidad cortés...
En eso estaba pensando cuando mi alumno me hizo una pregunta:
- No le parece?
- En mi opinión, muy personal, yo digo que América es un continente de magia. Pero no América del Norte, sino de México hasta la punta... Es mágico...
- Por lo de la brujería y eso? ni Chile ni Argentina entran allí...
- No, digo mágico porque es evidente esa unión cielo-tierra y horizonte...
- ¿Cómo es eso, profe?
- Hm... hay una unión "cielo-tierra": No importan las tradiciones religiosas ni la deidad a la que se la profesen, Pacha-Mama o la Virgen Dolorosa, en este continente la gente sabe que siempre hay un "mañana" en el que todo tendrá cabida y solución, en el que habrá una posibilidad para entender lo incomprensible (como la muerte de un ser querido) o para mejorar lo que sea que haya que mejorar, o para resolver lo que sea que haya que resolver porque, palabras más o palabras menos, todos los habitantes de este pedacito de tierra mágica saben que "Dios proveerá".
-...Eso es cierto...
- Pero esa unión "cielo-tierra" no es la única que existe. Precisamente por esa certeza de que "Dios proveerá", el argentino, el colombiano, el portorriqueño, el mexicano, tienen la certeza de que "donde comen 3 comen 4", y siempre le tienden la mano al que más lo necesita. Pareciera que esa conexión entre el cielo y la tierra los hiciera saber que hay que repartir a los puntos cardinales las dichas de las que gozan, la certeza que tienen de que habrán tiempos mejores mientras se confortan, por los momentos, en el hecho de que todavía son lo suficientemente afortunados como para ayudar a otro...
-Es verdad profe. Pero es que a uno a veces le da como cosita (Dar cosita: venezolanismo para "dar sentimiento" o "dar pena") ver a la gente pasando trabajo. ¿Cómo no la ayuda uno?
-Tan sencillamente como diciendo "ese no es mi problema, yo he resuelto mi vida sólo, él también puede hacerlo, que la resuelva sólo".
-... pero... eso no es así como un poquito frío?
-No, eso es tanto como otra visión del asunto.
Yo sonreía suavecito mientras él tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa y la boca entreabierta. Decidí proseguir para sacarlo del sacudón donde estaba:
- Pero a mí me gusta más vivir en este pedazo de tierra mágica en el que abundamos los seres a los que nos "da cosita" el dolor, la angustia, el sentir ajeno... Creo que uno es más proclive a entender qué ha hecho con su vida y de qué madera está hecho mientras ayuda a los demás en sus padeceres y sus sufrires.
- Cónchale profe, nunca había visto eso desde esa perspectiva. Y uno que siempre cree que allá todo es mejor...
-Bueno, eso es tema para otra conversa... sí, todo es mejor por allá, pero la calidad humana que hay acá es materia prima de primera calidad y es capaz de sobrevivir todos los desmanes de nuestra errática cotidianidad.
-¿Cómo es eso?
- Hm... Tal parece que la capacidad de responder a los sentimientos está dada en función de lo que adolecemos a nivel institucional. Si consiguiéramos tener el orden que tienen en otras partes del mundo, preservando la calidad humana que nos caracteriza como pueblo... seríamos la maravilla del mundo.
-....
- Por desgracia, todavía nos falta mucho para llegar a eso. Pero como consciencia, somos mucho...
- Me gustó ese análisis profe... Hace falta más gente diciéndonos cosas así en vez de sólo decir que somos una porquería porque no somos como otros países más avanzados, como Francia o Inglaterra o los EEUU...
- Todos somos necesarios: nosotros debemos aspirar al orden institucional y el respeto de los derechos del otro que antiguamente poseían y detentaban esos países. Hoy en día hay muchas cosas que han cambiado y a nivel laboral y de derechos laborales, por ejemplo, muchas cosas son hasta peor que acá... Pero ellos también deberían aspirar a alcanzar la consciencia colectiva que va más allá de los derechos y obligaciones legales que tenemos en abundancia por acá. Todos somos necessarios para el equilibro del mundo. Los unos tenemos que aprender de los otros. Yo soy más de ese tipo de pensamiento... un poco irreal, casi siempre.
- Pero es más bonito así, profe. Por lo menos si hubiera más gente pensando como usted, habría menos guerras en el mundo!
- Ja,ja,ja,ja,ja,ja... el ego, K, el ego humano... a cualquiera de nosotros, si nos pusieran a cuidar las fortunas del mundo, mataríamos en nombre de la riqueza... Pero eso es otra historia...
... Una historia que, aunque ocurre en otro tiempo y otro lugar, tiene cabida en esta historia interminable de la humanidad.
2 Comments:
esa comunión cielo-tierra es la tesis central de un libro de Arístides Bastidas que no logro conseguir.
Pero eso somos.
Si no, que lo dija Alejo Carpentier
Desde esta mágica tierra que nos define:
Luis Carlos: bueno, fíjate que no sabía nada (ignorancia confesa) de ese libro tan inaccesible de Arístides Bastidas. A veces, como bien dijo alguien, "la historia vuelve a repetirse"... y quizás sea algo intrínseco a cada individuo el descubrir qué lo define y cómo se construye la sociedad que lo parió.
Y sobre el libro, has probado buscarlo en internet a ver si algún librero lo tiene? No digamos en Vzla pero en Colombia? Argentina? México?
Un abrazote!
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