14 septiembre, 2006

J y yo hablamos...

JM, amigo mío desde hace un año, se lanzó a la aventura de "conquistar a la inversa" el país del que se fueron sus padres hace 15 años: Francia.

Francés de nacimiento y crianza (hasta los 14 años), venezolano por amor y dicha (los otros 14 años de su vida), internacionalista de formación tras cuatro años de estudio en la UCV, JM se fue con su esposa y su bebito G, del que ya hablé en otro post.

Desde su partida, JM y yo mantenemos conversación esporádica por correos. El no es muy dado a escribir y yo no tiendo a inundarle labandeja de correos a mis amigos. Así que la conversación es esporádica pero siempre muy sentida. A veces, menos de las que pudiéramos desear ambos, coincidimos en el chat. Pero la conversación se hace tan abierta como si estuviera en su casa y yo en la mía.

La última carta de él, sin embargo, me dejó un mal sabor en la boca. Mi respuesta fue de aliento, pero por dentro entiendo su rabia y su indignación profunda. Aquí se las pongo. Para reflexión de todos, también pongo mi respuesta...

--o--

Como es extraño cuando uno esta del otro lado de la tierra.
En el tercer mundo uno es alguien importante y en el primer mundo tuve que andar en lo más bajo. La vida te da sorpresas y es por eso que quise ir a Francia a investigar eso de ser lo mas bajo de la sociedad.

Bueno, sabes que en Venezuela mi trabajo era digno y era el profesor de frances y el estudiante universitario que hablaba varios idiomas y que habia viajado. Aquí en Francia, cuando conseguí trabajo, me dijeron así: "aquí no nos gustan los estudiantes porque tienen la cabeza grande y los brazos cortos". Entonces empecé un trabajo de obrero y no duré mucho pero no porque no podía hacerlo sino por problemas en la casa.

Luego fui a otro trabajo, el de la semana pasada, que era en una empresa de reciclaje de residuos de las viviendas destrozadas. Una máquina infernal compuesta de un gran tapiz que gira y trae toda clases de piedra y tenía que sacarle el plástico la madera y el metal.
Mucho ruido mucho polvo y mucha contaminacion.
Sólo tenia un casco y una mascara para respirar.

Un dia alguien vino y me regañó porque según él no había botado el hierro y sí lo habia hecho pero era otro hierro, que nos habían mandado luego, el que se habia acumulado.
Le contesté que no era nadie para criticar mi trabajo y me dijo que era el dueño de la fábrica.
Un huevón (imbécil, tonto) de 24 años que nunca hizo nada sino que heredó del papá la fábrica y que se creía la gran cosa.

Entonces le dije que el no era nadie para decirme eso y que no me impresionaba.
Luego el viernes como llegué 10 minutos más tarde me mandaron abajo a recojer todo el polvo y como había mucho viento recibí demasiado polvo en los ojos y por un minuto no vi nada y me pegue una barra de metal en la cabeza.
Bueno con todo y eso me botaron.

Luego pensé "¿pero qué clase de trabajo es ese? ¿En que mundo estoy? ¿Es que aquí no hay leyes? ¿no hay inspectoría del trabajo? Los obreros son para el dueño de la fábrica una maquina en alquiler que si no sirve o tiene una falla la cambian y no hay nadie quien pueda cambiar esa realidad?"

Pensé en todo eso cuando volvía a mi casa.
Pensé en que estaba en el primer mundo, un país de leyes de derecho, en todos los profesores de la UCV que habían ido a Francia a estudiar derecho, y pensé que si en Venezuela había leyes del trabajo, en Francia seguro existía algo que regulara lo del ruido en el trabajo (claro que la hay, JM! Pero ya se ve que hay vías alternas para escurrirse).

Uno se puede volver sordo, parcialmente digo, o casi ciego, y me recordé las palabras del tipo de la agencia contratista al que no le gustaban los estudiantes. Por gente así es que en el primer mundo existe lo que se llama el cuarto mundo o sea gente que trabaja 15 meses en fabricas así y y que no tienen un empleo estable (esa es la maravilla que plantean los "interim" o "trabajos temporales" a la europea... legalmente eres empleado temporal por 24 meses máximo)

Siendo obrero me di cuenta que no te piden información sobre lo que estudiaste. No les importa. Luego fui a un cybercafé y 5 muchachos de 18 años -estudiantes- estaban todos jugando un juego en internet y estaban preocupados por como pasar tal mundo... y pensé en el chamo que trabajaba frente a mí, que tenía 5 hijos y más de 6 meses en el ruido y el polvo.

Cuando uno es obrero ve el mundo de otra forma, uno cree que los demas son gafos. En realidad la diferencia de la clase aquí existe y es muy fuerte. Estoy seguro que nadie de los que trabajan en esta maquina infernal ha ido a la inspectoría del trabajo a denunciar lo que ocurre y yo pienso ir el lunes en la mañana.

En pleno siglo 21 y en la Francia socialista con tantos partidos obreristas y toda esa paja (todo el resto, todo lo demás), existe eso de la explotación del hombre por el hombre o la deshumanizacion del hombre, es terrible...

Bueno eso es sólo una larga reflexión que tengo y espero que te pueda servir para hacerla llegar a tus prójimos en un mundo ideal (ni tan ideal, JM, pero con derechos y leyes que se cumplen porque "por ley hay que...") y voy a probar como funciona eso de la inspectoria del trabajo en Francia. Deberían cerrar la fábrica por algunos dias y obligar al patrono a dar equipos de seguridad sanitaria para sus obreros y también deberia pagarle a sus obreros pero eso es medio utópico.

Mañana me lanzo a eso a ver cual es la realidad...

JM
--o--

JM... no sabes cómo entiendo lo que me cuentas, precisamente porque yo me rehusé a entrar a ese mundo...
En Bélgica me ofrecieron trabajar como obrera. "Trabajos sin mucha calificacion, como embalando cajas, o algo así..." me decía la tipa de una agencia de empleo.
... y de plano me rehusé: "no, realmente no me interesa ese tipo de trabajo..."
Tuvo el descaro de decirme "pero así sí va a ser dificil conseguirle trabajo"
Y en ese momento, indignada, le respondí "pues entonces no me consiga trabajo que ese no me interesa".

Claro. Yo no tenía un hijo que mantener y no me podía quedar en la calle por no trabajar. Todavía tenía de mis ahorros para vivir, conseguí algún trabajo con un colega en Venezuela y traducía en Bélgica a la tarifa venezolana para vivir "éticamente" en Bélgica. Me rehusaba a bajar de rango después de tanto estudiar.

Pero sé perfectamente de lo que me hablas: conocí gente que 4 años y un master después, teniendo título y postgrados universitarios en Venezuela y dominando perfectamente las 4 destrezas del holandés, no conseguían trabajo porque cada entrevista terminaba con un "lo estaremos llamando" luego de un "pero usted no es belga nativo, verdad? porque su holandés tiene un acentico raro".

A mí me dijeron en 3 ocasiones, sobre 3 trabajos dstintos, que el puesto estaba ocupado. Yo estaba sobrecalificada para atender llamadas telefónicas y hablar con clientes de la parte valona en una venta de repuestos automotrices, una venta de partes de camiones y una oficina de abogados. Pero si ese trabajo no me gustaba, ¿a qué más podía yo aspirar? No podía subir más! Y sin embargo me rechazaron.

No dudo que fuera porque el orden tácito que prevalece en todas las agencias de empleo en Bélgica, es de la siguiente forma:
a) Flamencos (O valones, si estamos hablando de la valonia)
b)Valones (o flamencos, si estamos hablando de la parte valona)
c) Europeos comunitarios (conocí una chica alemana que no la contrataban porque era alemana, no belga... y hasta recibió una carta del gobierno belga para que dejara el país 6 meses después de su llegada porque no había conseguido trabajo. Para desgracia de ellos, la chica era abogado y empezó a reclamar porque ella vivía de sus ahorros de lo que había trabajado en Alemania, su novio pagaba los gastos de manutención de ella y ella no estaba cobrando nada de ningún tipo de beneficio social ni a Bélgica ni a Alemania para costearse su vida. Así que iba a veriguar en base a qué cosa le estaban pidiendo irse de Bélgica porque, de paso, ella era comunitaria...)
d) Europeos no comunitarios.
e) El resto.

Ah! y no se vale quejarse! Nadie había roto ninguna regla! Todas tácitas, no? Era algo evidente... Aún cuando el puesto estuviera vacante 2 meses después y lo volvieras a ver en la internet, en la misma agencia, con el mismo número, si llamabas y preguntabas por el puesto, cuando te hacían la entrevista y te preguntaban el número de tarjeta de residencia y te oían el número que denotaba que eras un inmigrante, no volvían a despegar los ojos de la pantalla. Esos mismos ojos que antes te veían sonriente y hasta atentos...

Así que, entre otras cosas, como soy muy orgullosa y altiva y sé que valgo más de lo que ellos dicen que valgo, sólo porque no estudié allá o, peor aún, no nací allá, acá me quedo. Y me quedo y me establezco! Soy como la hiedra: si me cortan renazco, si me sacan de un lado, salgo por el otro... y nunca me rebajaré a sus caprichos.

Soy quien soy, no más, pero ciertamente no menos. Y no pienso ser menos en otro lado. Sin llegar a ser obrera entendí que la sociedad que te juzga en función de tu color, tu país de origen o tu "mundo", está errada. Y ya bastante errado que está el mundo, precisamente por esos "primeros países" que explotan los recursos del "cuarto mundo" y el "quinto mundo" para enriquecerse más.

Así que me rehuso a participar en ese modelo errado. Yo me quedo del lado en que nací, con la gente que me vió crecer, donde hice mis estudios y a donde pertenezco. Si acaso he de irme, no pienso hacerlo para algo mucho más lejano que Colombia. No me siento dejando mi país por ningún otro...

... y menos uno que se dice "del primer mundo". Esos son baremas económicos, no espirituales. Mi "primer mundo" es latinoamérica: una tierra llena de afectos, de emociones, de sensaciones, de pasiones, de pulsiones, de vida. Y sí, también es una tierra mágica, repleta de hechizos y fórmulas para curar desde un uñero hasta un corazón roto.

Vaya a la inspectoría, mijo, y cuénteme cómo le va. Y en caso de que se harte devuélvase, que acá necesitamos gente que tenga claro que esta tierra lo vale todo y afuera es una quimera para la que no valemos nada. Aunque su partida de nacimiento no diga que es oriundo de algún puntico de esta vasta tierra.

Un abrazo enoooorme!
Laura

--o--

Un amigo me mandó una serie de charlas (una semana luego de mandarle este correo a JM) que son las reflexiones de un ser muy pensante sobre por qué quedarse acá. He de oirlas y ya luego veré cómo hago para compartirlas con los que quieran oirla.

Mientras tanto, cada vez que un alumno llega diciéndome que quiere estudiar francés porque quiere irse a Canadá, tras oir todos los cuentos que he oido de la oficina de inmigración canadiense, me quedo calladita y en voz baja me digo "cada quien debe buscar su vida donde sienta que debe buscarla, yo debo servir de vehículo para un aprendizaje de ellos". Eso me lo repito porque se me pasea por la cabeza todo el repertorio de excusas hipócritas que le dan a uno como extranjero (con el valor suficiente como para nunca mirarle la cara)... y me da rabia que de plano te pregunten si como ingeniero o abogado o traductor o intérprete, estás deseoso de embalar cajas y pasar coleto. Ningún trabajo es denigrante, pero cada individuo tiene sus méritos y sus derechos a trabajar en el área para la que se preparó.

Tengo una indignación... que no me la quita ni el correo que mandé ni el post que acabo de escribir! Primer mundo! Qué quimera económica tan recia!

1 Comments:

Blogger 3rn3st0 Dijo...

Hace unos cuantos lustros salí de Venezuela rumbo a la hermana República de Colombia, mis padres en aquel entonces sólo deseaban progresar y estudiar, vendieron la casa que teníamos y partimos todos rumbo a aquella tierra que se avisoraba benevolente y protectora para cuatro venezolanos.

Es la única experiencia que tengo de inmigración y no puedo decir que me fue mal, tampoco podría decir que me fue bien, sólo era un párbulo de tres o cuatro años cuando eso ocurrió.

Años después, ya adulto y con una vida aún sin arrancar del todo empecé a pensar en irme de mi querida Venezuela a conocer mundo, a establecerme en otro país y tratar de crearme un nuevo estatus, posiblemente mejor que el que tengo acá en Venezuela.

Si leen algunos de mis primeros posts en mi blog, podrán leer que que he hecho infinidad de cosas, he sido chofer, caddy en un club de golf, mesonero, todo eso pasando por asistente contable, transcriptor de datos, locutor en un programa de radio, técnico de fluidos en una instalación petrolera y programador de sistemas.

No puedo quejarme de lo maravillosa que ha sido para mi la vida, dándome la oportunidad de ejercer todos esos oficios. E imaginarme partir hacias otros derroteros sin certeza de que hacer, conociendo las experiencias buenas o malas (las más de las veces) que muchos de mis coterráneos vivieron o viven en el "primer mundo", me hizo ver lo innecesario de mi partida.

Venezuela es tierra de gracia, es un país de hermosas mujeres, paisajes paradisíacos y gente amable, atenta, sonriente y que siempre está dispuesta a tenderte la mano cuando así lo necesites.

¿Ser obrero?, no es menester que critique o denigre de ellos, en las casas que consttuyen vivimos, en las carreteras que fabrican andamos, son parte de la sociedad y son personas iguales a cualesquiera de nosotros, hablo así distante porque al obrero siempre se le ha tenido como menos, como alguien sin valor. Que equivocados aquellos que piensan y razonan de esa manera.

Maravilloso escrito, cargado de sentimiento, de rabia. Sigue siendo un grato placer el leerte hermosa Laura.

12:23 p. m.  

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