11 julio, 2006

Conversandito sobre G

A menudo los hijos se nos parecen,
así nos dan la primera satisfacción;
esos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien,
hay que domesticar.

Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice, que eso no se hace,
que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.

Niño, deja ya de joder con la pelota...
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos,
que se equivoquen,
que crezcan
y que un día nos digan adiós.

Esos locos bajitos. Joan Manuel Serrat

Hablaba, hace poco, con un amigo, JM. De todo un poco, ustedes saben. Y sí, también sobre su pequeño hijo, G. Le pregunté por él y me puso la fotito de sus 9 meses en la ventana del programita que usamos para conversar en tiempo real.

No llegué a conocer a G en vivo nunca porque yo estaba llegando cuando mi amigo, JM, estaba planeando irse para la tierra de donde son sus padres, Francia. Así que a G, lo conocí solamente en fotos, pero me sorprendí al leer lo que le dije a mi amigo tras ver a su rubicundo retoñito. He descubierto qué era lo que quería decir J cuando decía que "los niños venezolanos y los europeos son tan distintos que se les ve por encima"...

Laura: Niño con ojos que tienen vida...no como esos niñitos belgas! Tu buscas y en esos ojitos hay un pequeño ser que canta y bulle, allá adentro...

JM: No entiendo...

Laura: es un niño latino. Es un niño no europeo...Los niños franceses que ví son, a veces, tan parecidos a los belgas. Los españoles, a veces, quizás, también.

JM: En serio?

Laura: Los de acá, los de este pedazo del mundo, ven un mango y sacan de él comida y juego: se lo comen y con la semilla juegan futbol! Porque ahora con la fiebre del mundial...

JM: jajajajajaajajaja...

Laura: Y miran un palito y ven un bate gigante. Repiten hazañas que ven en los adultos que admiran y construyen los sueños que se inventan...Son niños con magia en los ojos, con luz en las manos, con alegría en los bucles del pelo... con manos de tierra y barrigas de sol...

JM: G tiene vida propia, es increible...

Laura: Niños con pies de agua para correr duro y escurrise si les vas a dar una pela...con besitos de amor sabio si estás triste y te quieren consolar

JM: Eso es verdad...

Laura: son pequeños chamanes...

JM: algo así...

Laura: Todo lo curan con cosas intangibles, con hierbitas mágicas, con sonrisas de luna y con cantos de esperanza. Son mágicos...

JM: Ya te pusiste poética... jajajajajaja

Laura: jajajajajajaja...

Y no sé ¿Será que, tras mucho haberme encerrado en mí, tras mucho querer alejarme de todo, por azares de la vida y para fortuna de la gente con la que trabajo he tenido que volver a conectarme con niños y ver, en esos 8 pares de ojitos todas las picardías, travesuras, arrepentimientos, fastidios, alegrías y esperanzas que, hasta hace no mucho, me dolía tanto ver porque los ojos de cualquier niño me recordaban los hijos que la vida y la desesperanza me arrebataron?...

Y no sé, algún día quizás, pueda recuperar el resto de los sueños. Por ahora, veo a los ojos de esos niños de mi tierra y sonrío viendo sus brillitos y sus confidencias. Y para eso, quizás, debieron llegar a mi vida esos 8 locos bajitos, a los que los padres les quieren dejar como legado para su impalpable, pero ciertamente prometedor porvenir, el francés que ellos hubieran querido poder hablar...