06 febrero, 2006

Crónicas de la venezolanidad. "Adiós catira!"

Soy venezolana de nacimiento. No tengo cara de ser venezolana, sin embargo. O bueno, seamos más benignos, tengo cara de todo menos de por acá. En Francia, a pesar de no ser francesa, me tratan bien porque me creen francesa… no saben precisar si mi acento en francés es porque soy oriunda del sur o si soy oriunda del norte y viví mucho tiempo en el sur pero, según ellos, francesa soy.

En Inglaterra no logran discernir si soy del norte o del sur de ese pedacito de tierra que quedó para definir uno de los extremos del continente europeo… ellos se basan en mi cara de “inglesa” y mi acento que tiene rasgos de los dos extremos de esa isla de seres entusiastas que no siempre saben cómo hacer realidad todo lo que sueñan porque no logran deslastrarse de su estoicismo.

En Bélgica estuve incursionando por dos de los tres lados… en la parte flamenca me creían tan vernácula que no me hablaban en el idioma oficial de ese pedazo del reino, el holandés, sino en el más puro, expresivo, colorido y vernáculo dialecto (el llamado “flamenco”) de cada poblado por el que iba transitando en mis travesías “in solo” para estudiar holandés. En el lado francés del mismo país me creían francesa por el acento que me gasto tener en francés… y por ello se abstenían de hablarme en dialecto! (sí, hay dialecto de francés en la parte Valona de Bélgica…)

En Suiza me preguntaron si yo era belga, porque mi acento en francés sonaba como el de los belgas. En Estados Unidos me miran y juran que soy inglesa porque el inglés jamás me sale como no sea con acento británico. Alguna vez alguien me preguntó si yo era alemana u holandesa. Y yo estoy segura de que me va a pasar como a El paciente inglés… y me van a enterrar con la nacionalidad que no me corresponde si se me ocurre morirme lejos de mi tierra!

En mi país natal, el terruño de donde provengo, el lugar en que crecí, los colores con los que me crié son tan variopintos como la paleta de Goya. La mitad de mis lectores son de mi tierra, así que me entienden. Pero para el resto que me sigue, aclaro que, tras un proceso de casi 500 años de ires y venires, después de que indígenas se mezclaran con blancos españoles y negros africanos, nos llegó la segunda guerra mundial y nos dejó de regalo seres venidos de “allende los mares”… y nos poblamos de cocina italiana, cotidianidades en bodegas con comerciantes portugueses, nos dedicamos a bailar y correr tras el balón de fútbol con la segunda oleada de españoles que vino a visitarnos para quedarse (especialmente de las Islas Canarias y Galicia) y hemos aprendido maneras y usos de un número menor pero no menos importante de franceses, alemanes, árabes, chinos y hasta rusos!

El “venezolano promedio”, dicen, es de piel morena. “Morena como la canela”, dicen algunos. Pero ese “moreno” que definen es tan indescriptible como el habla y la comida que nos caracteriza. Somos, ya lo dicen algunos lingüistas, una tierra de diminutivos para expresar afectividad y de imprecisiones para no sonar tajantes. El “piel color canela” es como la canela: más o menos rojiza, más o menos marrón, más o menos aromática, más o menos áspera, más o menos tostada. Pero es que no es tan canela la piel de por estos lares a veces. Se parece más a las posibilidades infinitas que nos brinda la mezcla del café con la leche y el chocolate, los colores originales de los que estamos hecho el 90% de la población venezolana.

Hay de todo por acá. Uno ni lo mira hasta que le falta. Entonces se da cuenta que lo que pasaba es que uno lo daba por sentado. “Es la cosa más natural del mundo”. Y no lo es. Eso me pasó en mis Exilios y lo descubrí estando en aquella mortecina blancura del europeo que no es inmigrante. El europeo europeo es mucho más leche que café en cualquier proporción que se les antoje. Los “arropados” por acuerdos con antiguas colonias tienen su propio “savoir faire” y sus colores que lucen en sus grupos y con sus gentes. Una especie de pequeños “ghettos” no estructurados arquitectónicamente (como los pavorosos que creara Hitler para excluir a los judíos antes del exterminio final) sino espiritualmente. Y resulta interesante verlos. Le recuerdan a uno su propia individualidad, su propia manera de ser, su propia venezolanidad.

Y es así como, en este país con los mejores ingredientes para el mejor café y chocolate del mundo (no peco de vanidosa acá… el granó de café nuestro es uno de los mejores del mundo, el arábica como el de Colombia… y nuestro chocolate es tan perfumado y tan complejo en textura que no hay, NO HAY, chocolate en el mundo que no lleve un porcentaje de grano “fino y de aroma” del nuestro en su elaboración… admitido por los tan mentados chocolateros belgas….) tenemos las mejores mezclas para hacer de las nuestras en certámenes de belleza y en corazones de cualquier lado.

¿Que exagero? A ver si no me malinterpretan… además de constar en el libro Guiness de Records que somos el país con el mayor record de títulos de “Miss World” y “Miss Universe”, tenemos la capacidad de tomarnos con naturalidad el que por nuestras calles se pasee un moreno con ojos achinados, o una morena de ojos negros almendrados, o una pecosa pelirroja cuyo cuerpo recuerda el de una guitarra, o un rubio de ojos negros… o un moreno de ojos verdes…

Yo soy lo que en mi tierra llaman una “catira”. Es la versión femenina de “catire” y es, ni más ni menos, que cualquier persona de tez muy blanca y ojos de alguna tonalidad clara (no necesariamente verdes, grises o azules) y de cabello en alguna tonalidad clara (no necesariamente rubio o cenizo). Y ahora, recién llegada de la lejanía, reencontrándome con mi tierra, percibo aún más, el cariño que pone la gente de mi tierra al llamarme con ese apodo.

Somos “políticamente incorrectos” por acá. No hay derecho a molestarse en este país de gracia si alguien, a raíz de tu tez oscura como el chocolate bitter y tu estatura a lo jugador de basketball, te llama, con una sonrisa en los labios, “negro”. No lo dicen por mal. Lo dicen porque eres de ese color y saben que tú sabes que eres de ese color y que no te molesta ser de ese color. No es ninguna afrenta ni se le remueve el apartheid en las venas a nadie. Y si se le remueve, no es venezolano. Igual que no te dicen “gordito” porque estés gordo, sino porque saben que todos saben, incluido tú, que estás pasado de peso y que eres simpático. Las novias les dicen a los novios “gordo” aunque sean flacos, es por puro afecto… los verán gordos del amor que se les desborda? Por acá los novios les dicen a sus amores “flaca” porque, aunque la niña pese más que una lavadora, si le dice “gorda” le baja la autoestima en un país que se mide por las pasarelas de Milano, Londres, Paris y Barcelona, que sigue las tendencias de JLo y Cristina Aguilera y que busca la perfección y la elegancia de la Linda Evangelista sin renunciar a sus curvas de redondez pronunciada.

Acá, en Venezuela, le dicen “negrito” a uno no porque te crean bajito, sino porque te ven tierno… y negro. Y a los flacos les dicen “flaco/a” porque son así y se sabe que son así.

En esta tierra de “cafés con leches” y “guayoyos claritos” o “marroncitos claros” tenía que ser muy obvio que yo, un “tetero” por la cantidad de leche que impera en mi mezcla, tuviera que ser llamada “catira”. Y me lo dijo el otro día un señor en un kiosco de revistas cerca de la esquina de la Plaza el Venezolano en todo el Centro de Caracas. Iba yo a hojear una revista que a lo lejos ví. El tema que me interesaba era “un peinado para la boda de mi hermana” y estaba hojeando la revista cuando un amigo del dueño del kiosco me dijo “catira, y esta revista acá no te interesa?” Casi me reí. No porque me pareciera ridículo, sino porque me trajo tanto cariño que había dejado de percibir por los oídos en un año y pico…

Esa osadía de llamarme con algo más que “señorita” porque es muy distante, pero sin rayar en la informalidad del “tú”, se resuelve con ese tipo de apodos “políticamente incorrectos” que no son tan incorrectos por acá. De inmediato, como me sonriera, el señor lo tomó por el lado de que me interesaba la mercancía que me estaba ofreciendo y me dijo “es más, chica, ella (la modelo de la portada) hasta se parece a ti… bueno, tú te pareces a ella porque eres más joven… ¿verdad, compadre? Que la catira se parece a la muchacha de la revista porque ella es más joven que la tipa aquí? Mírala!” Increpaba a su amigo, el dueño del kiosco en cuestión.

Y hube de reírme cuando, sin miramientos ni timidez alguna, se levantó del banco en que estaba sentado, puso la portada de la revista al lado de mi cara y le hizo señas al amigo para que viera la escena. La calle se desbordaba de gente a mis espaldas y a mi lado 3 señoras hojeaban 2 revistas. El “compadre” asintió y, como no bastara para hacerme reír, le dijo al amigo “si hombre… pero la catira tiene el cabello más corto y los ojos más grandes, así que tan igualita no es!” Y el amigo le replicó “Igualita no, pero se parece, chico, te dije!”
Los dejé que discutieran un rato, pagué por mi revista y me despedí. Al entregarme el vuelto, el señor me dijo que cuando quisiera volver estaban allí hasta los sábados y que me fuera con cuidadito. Y el amigo se despidió con un “adiós catira” que me hizo pensar en lo variopinto que es este país de café, leche y chocolate con toques de canela que corren por la piel y la sangre de sus habitantes.

10 Comments:

Anonymous Anónimo Dijo...

Jjajajajaja! tú anécdota me hizo recordar unas cuantas mías y de mi señor novio:

- Estando Jordi (mi novio), francés hasta la médula, recién llegado a Caracas ibamos caminado por Plaza Venezuela y un perrocalentero lo llama "flaco ven por aquí, que tenemos los mejores perros de toda la Caracas". El francés de vaina no se muere de un infarto! Le parecía una falta de respeto absoluta, primero que un perfecto desconocido lo tuteara y segundo que además tuviese la osadía de llamalo FLACO!!!!! Le expliqué que el llamarlo "flaco" era una cuestión de camaradería y que muchas veces se la decía a la gente incluso si era gorda y no a manera de burla sino como expresión de simpatía. Hasta hace poco es que pudo entender que nadie se estaba metiendo con él sino que era una costumbre nada "políticamente-correcta" de llamar a cualquier ser humano.
Mi segunda anécdota, bastante reciente, fue con 2 compañeras de trabajo: una venezolana y otra francesa (sí, lo sé, estoy como rodeada de franceses) la venezolana se despide de mi como siempre acostumbra a hacerlo: "chao negrita, cuidate y que descanses" a lo que la francesa pone cara de horror y me dice "oiste cómo te dijo??? NEGRA, no te molestas???" Casi casi lloro de la risa. Le expliqué que no me molesta, primero porque soy negra y qué le vamos a hacer?? y segundo porque además me siento muy orgullosa de tener la piel canela así que para mí el que me llamen "MI NEGRA" es un halago! Hasta más bella me siento pues!!! Hasta la fecha la francesa no entiende lo que le trato de explicar...y tampoco creo que lo haga.

6:31 p. m.  
Blogger ZicoCarioca Dijo...

¡Vaya perdida nos hemos echado! ¿No?
Veo que tienes tiempo para escribir... Últimamente no cuento con ello, por lo que también me falta mucho por leer de tus más recientes andanzas.
Estaré por aquí, muy pronto, con más calma. Me alegra encontrarte de nuevo.
Saluts!

7:37 p. m.  
Blogger Cara Carmina Dijo...

Hola mujercita!!!!

Eso de parecer de otro pais, me sucede tanto a mi, en Mexico no creen que sea oriunda porque mido un metro mas que el gral. de la poblacion, a menos que en Italia les haga como speedy Gonzalez juran que soy descendiente de los Medicis, en NY a todos se les hace muy simpatico mi acento afrancesado (????) y si por mi fuera viajaria por media Asia Menor pero me han advertido que de hacerlo puedo ser cangeada por 40 camellos al mejor postor ya que mis rasgos me hacen parecer un alienigena en medio de un campo minado... En fin... me siento ciudadana del mundo con un dejo de escencia mexicana, un poco de neurosis Neoyorquina y un cantoneo acompanados de gesticulaciones nerviosas al meritito estilo Italiano que me hace sentirme de todo un poquito...

Ando recogiendo mis cacahuatitos en la gran manzana..... aaaay una mudanza internacional con dejos de nostalgia... tu me comprendes!

saludos y una pluma... para ti

10:15 p. m.  
Blogger Troka Dijo...

Me sucedía todo el tiempo cuando viví en Bogotá, que en todas partes me llamaban "monita". Esa es su manera de decirme catira, pero como comprenderás la primera vez que lo oí casi pegué un brinco con la cara sonrojada porque no entedí a qué se referían...en Colombia los/as monos/as son los rubios y cariñosomente te llaman monita porque además allá el trato es muy educado y respuetuoso.
Abur.-

8:15 a. m.  
Blogger Laura Dijo...

De la catira aquí presente a mis negritos, chinitos, flaquitos, gorditos, catires y canelitos de mi corazón:

Dur: bueeeno... dos cosas para tí: Yo, por Jordi, ya no me preocuparía más nunca, ese pana en cualquier momento me dice "catira" a mí con su acentico al final y no creo que pueda ni sorprenderme porque, al paso que va, se nos va a quedar más criollo que la arepa.

Y a tu amiga, la francesa, ponla a leer mi artículo porque le va a explicar qué es lo que pasa en la mente venezolana que hace que a uno lo llamen de formas tan "politicamente incorrectas".

Un besote gigante para tí, mi negrita querida!!

Zicocarioca!! SALUTS A TÍ!! Qué perdida la que te echaste! Bueno, me imagino que con tu super bebé con todos los Gygas del mundo no has tenido tiempo. Cuando resuelvas los asuntos de la cotidianidad internaútica, hablamos de que te pongas al tanto con mis actualidades. Me alegra saberte entre mis fieles lectores de nuevo y, bienvenido! Aquí todo va a pasito tun-tún... creo que siempre te puedes relajar por acá!

Un besote!!

Pajara Pinta: MI MUJERCITA!!!! VOLVISTE A LA BLOGOSFERAAA!!!!! Bueno, no sabía que te pasaba un poco como a mí. eso de llevar con calma lo de ser un poquito de todas partes a veces termina tomándoselo uno como cosa natural y la gente empieza a considerarte "un personaje", no te ha pasado?

Y lo de recoger tus cacahueticos en New York... cómo me suena eso... Animo mi amiga que eso es sólamente una vez, como decía la canción aquella!

Un abrazo enorme para tí y gracias por venirte a mi rincón "in solo"... sigue volando que yo seguiré viéndote mientras camino! ;)

Troka: Bienvenida por acá! Bueno, mi amiga en Bélgica, una "paisa" muy blanquita decía que yo le recordaba, por mi manera de hablar, a sus amigas caleñas. De "monos" conocía yo por mi papá que lo llamaron "mono" cuando fue por los predios costeños de colombia hace años. Y tal parece que nos hermanamos en esas tradiciones "políticamente incorrectas" que rompen barreras y calientan corazoncitos, no?

Espero seguir viéndote por acá...

9:51 a. m.  
Anonymous Anónimo Dijo...

Que casualidad lo del acento y que no atinen a la nacionalidad correcta, en donde vivo, saben que soy extranjero apenas abro la boca, que por cierto me cuesta mucho mantenerla cerrada, lo que no atinan es que Suramerica esta compuesta por mas de un pais, jejeje, es gracioso cada ves que les aclaro que soy venezolano, la pregunta inmediata sea: Y en que parte de Mexico queda eso?
Espero como dices tu que si algo me pasa por aqui no me vayan a enterrar con la nacionalidad equivocada y en chiguagua, creo que mis restos jamaz descansarian en paz, jajajaja

9:51 p. m.  
Blogger Rodolfo Dijo...

buenisimo el texto. Eso es este país. La gente no lo entiende desde fuera y por eso se terminan creyendo majaderías políticas que les venden lo que pasa en venezuela como un conflicto racial.

Me incomoda también que en cierto sectores que se dicen progresistas se promueva ese endorracismo de autodenominarse afrodescendientes, como si fueran una secta.Vamos que eso puede que quepa en otros países...Te imaginas que en vez de llamarme "mi negro bello", me empiecen a decir "mi afrodescendiente bello", ay no. Horrible.

9:55 p. m.  
Anonymous Anónimo Dijo...

qué sabroso que no nos entiendan. En serio.
Somos café con leche en cualquier proporción... por fuera y por dentro.
Y es así.
Ahora, eso también me pone en posición de parecer un espía en todas partes. Es otra forma de arraigo.
Para mis amigos, no tengo acento caraqueño... en mi pueblo soy un capitalino más... y peor, por cuestiones de familia se me salen ene mil modismo españoles, ene mil acentos y formas castizas. Pero jamás, jamás, para mi familia en españa dejaré de ser latinoamericano.
Y qué sabroso.
Somos un sancocho.

2:43 p. m.  
Blogger Laura Dijo...

Negrito, con leche, cortao, guayoyo, clarito, marrón, tetero, marrón clarito...

Manuel Cobos: Chamo... no te asustes que no te van a enterrar con la espalda para arriba y en tierra ajena! Que si acaso te deportan para algún lado, con ese porte tuyo, será para Siberia o Canadá primero! jajajajajajaja...

Y tranquilo, en Inglaterra creían que Venezuela era parte de Africa...

Rodolfo: Gracias por la opinión sincera... Y estoy de acuerdo contigo en lo del arroz con mango político con tintes de racismo que les venden en el extranjero, lo que pasa es que no comento política en mi blog pero yo con la política... no me toquen la tecla! jajajajajaja...

Y lo que me comentas de esos "llamados progresistas" no lo sabía tan concretamente pero... qué asssscoooo!!! Es que ni me imagino que me digan "mi caucásica endógena linda"... Te imaginas? Nooooooooooooooooo!! Susto!! Zape gato!! Qué pavoso!!!

En fin... "cosas vederes", como decía mi abuela... mejor me quedo como "catira"!!

Un abrazote!

Luis Carlos: Lindo verte por acá!!! Primera firma tuya en cualquiera de mis blogs... a ratos me pierdo del tuyo pero lo sigo. Por ahí me contaron que lo tuyo no es novedoso, viene incluso antes de Rodolfo! Habré de verte con más detenimiento y a dairio...

Es que es tan linda la palabra que usaste: "sancocho". Somos café con leche por dentro y por fuera, nunca lo excluí del comentario... para muestra, un par de botoncitos!! jajajajaja... (eso lo hablaremos con más calma y por correo porque, de nuevo, arriesgo que me digan que no es verdad sólo porque no soy del pedazo de terruño adecuado... jajajajaja)

Así que, de espía? estás como yo? Te tengo que referir a ese post mío... Y de dónde eres tú? porque no se te salen sino los modismos españoles (que tengo yo también unos cuantos por mi familia canaria...) y mira que no me faltan amigos "del interior" del país, de norte a sur y este a oeste... a ver de dónde caiste tú!

Un abrazote!!

11:11 p. m.  
Anonymous Anónimo Dijo...

Hola laura, de casualidad vi tu blog. Que bueno está. Te invito a que visites el mío y así compartimos información. http://mecucha.blogspot. com es sobre cosas insólitas de venezuela.

Espero estés bien y nos pongamos en contacto. Suerte

8:09 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home