Literatura: Siete letras
"Te adoro"
Y se le dibujó una sonrisa en los ojos a él. Se le encogieron las mejillas y se le dibujó un arco en los labios, que musitaban con alegría el final de esas palabras...
Ella sonreía viéndolo. Su cara tenía un aire de complacencia. Su alma, un tono de duda.
"Por qué?"
Y él se quedó con la sonrisa congelada en el rostro, sintiéndose tontamente felíz, absurdamente lógico. Era claro que ella no lo entendía a él.
"Porque me siento a gusto contigo!" Y mantenía su sonrisa como escudo. Sus ojos se tornaban dubitativos de lo rotunda que pudiera sonarle la frase a ella.
Ella no le quitaba la mirada de encima, como esperando una justificación, una respuesta más larga...
"Porque sí, porque te quiero, porque nunca me había sentido así con alguien... porque a veces las cosas no tienen razón, no crees?" continuó él, en un duelo en el que blandía la espada de sus razones inexistentes frente a un crudo interrogatorio que no se esperaba.
Ella lo miraba con ojos de ternura y lógica marcial. Se estaría enamorando él de, como dijera alguien, lo que era él cuando estaba con ella? O, podría ser que, al final, el enamoramiento no es más que eso, el sentirse bien con otra persona porque uno es más lindo y más completo, más sincero y más osado con ese alguien? Qué será lo que se puede llamar amor?
"Sí". Dijo finalmente ella. "Hay cosas que a veces no tienen razón." Completó. "Es sólo que a veces me pregunto cuánto es ese cariño que me tienes... si es como para quererme o para adorarme..."
Y él, desafiante dijo "es que creo que ninguno de los dos tiene un quierómetro". Y sonrió levemente, seguro de saberse triunfante...
"Es cierto..." añadió ella sonriendo levemente, viéndolo a los ojos mientras se abrazaban otra vez y se perdían entre los pliegues de la novedad y la aventura de lo que era conocido por ambos.
De repente, sin ningún gesto contradictorio a sus ojos llenos de ternura, ella dijo "Pero cada vez que dices esas 7 letras me dejas pensando, meditando..."
"Por qué?"
"Porque yo no puedo decir que te adore, no estás en mi religión. Me recuerdas un dios azteca, no un dios griego... referente más cercano para mi cultura. No puedo adorarte, no eres un dios que yo reconozca como tal..."
El, divertido, sonreía y la veía de cerca.
"No sé qué pienses de mis análisis locos", reía ella.
"Nada, me gustan!" Dijo él y rió divertido. "Te quiero..."
Ella simplemente sonrió.
Esa era una frase que ella podía manejar mejor: una frase sin ataduras temporales, replanteamientos serios de sus bases filosóficas o sus creencias religiosas, sin coacciones que la hicieran huir de sus miedos ni la empujaran a abrazar nuevamente sus patrones erróneos...
Una frase que valía, quizás, para recordarse que el ayer pasó y el mañana no es seguro y sólo existe el hoy. Una frase sin euforias espirituales que se desvanezcan en tiempos de bonanzas y que se revelen en tiempos de dificultades. Sin cirios ni ofrendas, sin liturgias ni rituales. Un canto perfectamente mejorable y perfectamente inconcluso. Un canto que los dos habrían de renovarse cada día, por el tiempo que tuvieran que estar juntos, sin pensar ni en el pasado ni en el futuro.
Y se le dibujó una sonrisa en los ojos a él. Se le encogieron las mejillas y se le dibujó un arco en los labios, que musitaban con alegría el final de esas palabras...
Ella sonreía viéndolo. Su cara tenía un aire de complacencia. Su alma, un tono de duda.
"Por qué?"
Y él se quedó con la sonrisa congelada en el rostro, sintiéndose tontamente felíz, absurdamente lógico. Era claro que ella no lo entendía a él.
"Porque me siento a gusto contigo!" Y mantenía su sonrisa como escudo. Sus ojos se tornaban dubitativos de lo rotunda que pudiera sonarle la frase a ella.
Ella no le quitaba la mirada de encima, como esperando una justificación, una respuesta más larga...
"Porque sí, porque te quiero, porque nunca me había sentido así con alguien... porque a veces las cosas no tienen razón, no crees?" continuó él, en un duelo en el que blandía la espada de sus razones inexistentes frente a un crudo interrogatorio que no se esperaba.
Ella lo miraba con ojos de ternura y lógica marcial. Se estaría enamorando él de, como dijera alguien, lo que era él cuando estaba con ella? O, podría ser que, al final, el enamoramiento no es más que eso, el sentirse bien con otra persona porque uno es más lindo y más completo, más sincero y más osado con ese alguien? Qué será lo que se puede llamar amor?
"Sí". Dijo finalmente ella. "Hay cosas que a veces no tienen razón." Completó. "Es sólo que a veces me pregunto cuánto es ese cariño que me tienes... si es como para quererme o para adorarme..."
Y él, desafiante dijo "es que creo que ninguno de los dos tiene un quierómetro". Y sonrió levemente, seguro de saberse triunfante...
"Es cierto..." añadió ella sonriendo levemente, viéndolo a los ojos mientras se abrazaban otra vez y se perdían entre los pliegues de la novedad y la aventura de lo que era conocido por ambos.
De repente, sin ningún gesto contradictorio a sus ojos llenos de ternura, ella dijo "Pero cada vez que dices esas 7 letras me dejas pensando, meditando..."
"Por qué?"
"Porque yo no puedo decir que te adore, no estás en mi religión. Me recuerdas un dios azteca, no un dios griego... referente más cercano para mi cultura. No puedo adorarte, no eres un dios que yo reconozca como tal..."
El, divertido, sonreía y la veía de cerca.
"No sé qué pienses de mis análisis locos", reía ella.
"Nada, me gustan!" Dijo él y rió divertido. "Te quiero..."
Ella simplemente sonrió.
Esa era una frase que ella podía manejar mejor: una frase sin ataduras temporales, replanteamientos serios de sus bases filosóficas o sus creencias religiosas, sin coacciones que la hicieran huir de sus miedos ni la empujaran a abrazar nuevamente sus patrones erróneos...
Una frase que valía, quizás, para recordarse que el ayer pasó y el mañana no es seguro y sólo existe el hoy. Una frase sin euforias espirituales que se desvanezcan en tiempos de bonanzas y que se revelen en tiempos de dificultades. Sin cirios ni ofrendas, sin liturgias ni rituales. Un canto perfectamente mejorable y perfectamente inconcluso. Un canto que los dos habrían de renovarse cada día, por el tiempo que tuvieran que estar juntos, sin pensar ni en el pasado ni en el futuro.
2 Comments:
esos ojos grandes!!!!! como estas mujer??? justamente a mi me dijeron que tenia que aprender a que me quisieran porque si... y me gusto oirlo asi de simple... por que a veces necesitamos razon para querer??? querer sin razon es mas sabroso pienso yo....
y viene tu cumpleanos y te me da mucha alegria... me imagino que este ano debe ser muy especial... de vuelta... al fin de vuelta... y yo tambien lo estoy.... he tenido mucho trabajo, me regocija y me atrapa mi tiempo... mucho.... pero hay que sobrevivir y estos dias la energia ha fluido maravillosamente bien y estoy contenta mujer....
Te mando unas alas de mariposa
un papalote azul
y un abanico de seda para que sonrias...
vuelo...
De reencuentros enormes, lindos, grandes y vuelos de colores...
Mi Pajarita Pintaaaa!!!! Hasta que te vuelvo a ver volando, mujer! Bueno, tal parece que, otra vez, coincidimos en la vida! "Te quiero porque sí, porque a veces las cosas no tienen razón, no te parece?" Y bueno, a veces, como dice el texto que pegué aquí (y tu sabia experiencia), no se necesita razón para que a uno lo quieran...
Síiii... mi cumple viene, no lo había comentado por acá para hacerlo algo más "personal" pero ya podría yo ponerme en la tónica... Y sí, es un cumple muy especial, muy cargado de cosas, de muchas cosas, de muchos asunticos... que te contaré por correo aparte!! Pero también me llena mucho de felicidad este nuevo período de mi vida porque las cosas han fluido muchísimo, buenísimo y ligerísimo.
Tus regalos son todos hermosos... pero, hablando de seda, por qué no te lees el libro homónimo de Alesandro Baricco? Seguro que tú sí le sacarías mucho provecho a él y sé que te encantaría leerlo porque la narrativa se desliza como la seda, posee una claridad sutilmente velada que es engañosa, como la de la seda, y es tan deliciosa de sentir como la seda... Eso, solamente porque me provoca hacerte reir amplio y volar aún más alto, con nuevas técnicas y nuevos giros y piruetas!!
Miradas de admiración desde mi infinita tierra para tí, ser del infinito cielo...
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