06 enero, 2006

Un paseo en teléfono...

De esos encuentros por la vida, a veces salen cosas preciosas. Este es uno de esos. Lo sé, no me lo han contado. Lo intuyo. El corazón me da todas las razones que necesito saber y que para la razón son nada. A ella no la conozco en persona. No todavía. Pero ya le conozco las letras, parte de su camino y hoy le conocí la voz...

Una voz suave, de niña alegre, de emoción reprimida, de alegría desbocada... y me dijo su nombre y me quedé en el sitio... es uno de esos regalos que no te esperas, que no te da la vida siempre y que no sabes cómo abrazar en los breves instantes que te dura.

Así fue como la escuché hoy. Le pregunté cómo subía a Caracas, a raíz del problema del viaducto. Me comentó que se iba directo a ver a sus padres en una ciudad del interior. Le pregunté cómo estaba y me dijo que bien. Su voz me dijo mucho más... estaba eufórica, revuelta, completa y todavái demasiado abigarrada de cosas como para asimilarlo todo. Y le oí el acento del que ella me hablaba...

Un dejo, en efecto. Pero es tan sabroso ese acento! Es tan rico, como todos los acentos del español latinoamericano! Y ella tiene tanto de sí misma en su acento...

Un paseo, de Venezuela a Chile y de vuelta. De 4 ó 5 meses para acá. Un paseo de corazón a corazón.... por teléfono!

Gracias mil por el regalo, A.. seguimos pendientes de vernos para "todas esas cochinadas que tenemos que contarnos" como las llamaste tú! Un abrazo enorme y ocho besos!