04 enero, 2006

Un e-mail...

Recibí ayer un e-mail de una personita muy especial. El asunto que trataba el mail era de índole jocoso y no estaba dirigido a mí en particular pero, conociendo la persona que me lo envió, sé que quiso compartirlo conmigo.

Y sé por qué escogió un mail jocoso y no cualquier otro para compartir conmigo.

Más de una vez, esa misma persoa ha deseado poder abrazarme fuerte para hacer que todas mis angustias se diluyan en su gran afecto de un metro ochenta y cuatro de estatura. Más de una vez me ha dicho que tiene el honor de saber que, aunque sea a la distancia, ha podido estar allí en el momento en que mis fuerzas colapsan y decido echarme a llorar sin poder ni querer frenar lo que mis ojos y mi alma quieran verter. Y más de una vez, he podido sentirme privilegiada de poder estar allí cuando todo se le tornaba muy duro, cuando las respuestas no le llegaban y cuando no habían "por qués" que le explicaran lo que quería saber de lo que más tememos los hombres... y simplemente se quedó en silencio, llorando con mi silente apoyo a la distancia y su metro ochenta y cuatro enrrollado en un ovillito que se apoyaba, imaginariamente, en mi regazo.

A veces, sin saber por qué, sin entender razones ni distancias, sin avisos ni señales, se aparecen personas por nuestro camino que nos llenan el corazón de dicha, nos llenan la memoria de pequeños recuerdos, nos acercan a la verdad última de la vida y nos regalan lo más preciado que podemos anhelar: amor. Amor sin distancias, sin credos, sin colores, sin medidas, sin barreras, sin miedos, sin desesperos, sin ansias, sin tiempos, sin perfección, sin divinidades, sin humanidades, sin lógica y sin ataduras. Amor a pesar de las distancias, los credos, los colores, las medidas, las barreras, los miedos, los desesperos, las ansias, los tiempos, la perfección, las divinidades y las humanidades.

Amor, lo más esencial que nos compone.

Es un pequeño milagro que se nos da a manos llenas pero no siempre sabemos verlo. Y muy a menudo, lo damos por sentado.

Deberíamos detenernos a veces a evaluar lo que se nos regala en esos pequeños pero grandes momentos que compartimos con esos increibles seres que nos llenan las noches y los días de recuerdos, de confidencias, de detalles, de complicidades y de simpatías.

Hoy R me hizo escribir este pequeño post... Pero él también me recordó a D que, con apenas un centímetro más que yo, me ha hecho valorar en su extensión más humana el sentido de la caridad, la fortaleza y la dignidad y me ha enseñado que se puede ser flor de loto en toda la extensión del concepto. Y claro, a R no podía recordarlo sin S y su metro cincuenta y dos de curiosidad espiritual, apoyo sensible, poética apasionada y espiritualidad andariega.

Y todos ellos me han enseñado que no es tanto la cantidad sino la calidad del amor lo que nos hace realmente "unirnos" a otros sin atadura alguna... sólo el firme propósito de ayudar al que amamos en su vuelo diario zurcando los cielos...

Gracias, R, por ser quien eres y estar donde estás en este y todos los momentos que hemos compartido en estos casi 11 meses de andanzas... Gracias D por la confianza, la fe incondicional y el apoyo sinceros en estos casi 7 meses de recorrido. Gracias S por las lágrimas compartidas, las clases recibidas y el feedback de mis lecciones contigo en estos casi 5 meses de camino... o lo que sea que hayamos compartido, porque el tiempo no lo marcamos nosotros sino las estrellas que nos unieron de formas tan sutiles a los 4...

1 Comments:

Blogger Phases Moon Dijo...

5 meses es tan solo la galletita de prueba para recordar todo ese camino escrito en las estrellas...desde un pasado...hacia un futuro...
TE QUIERO MUCHÍSIMO...ya sabes qué me pasa cuando las palabras se me quedan cortas y entonces suenan vacías y pocas...mejor lo que se siente aquí y allá, en el corazón de cada una.
UN ABRAZOTE ENORME

9:37 a. m.  

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